
El sector inmobiliario no escapa a la situación económica del país, tanto en el área de producción como comercialización, producto del proceso hiperinflacionario que se tiene, así lo destacó Carlos González, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela.
“El sector está prácticamente paralizado, porque no existen cambios en las políticas económicas a mediano y largo plazo. En el año 2009 se incorporaban al mercado anualmente unas 80 mil viviendas, hoy no llegan a 500 unidades. Estamos trabajando a menos del cinco por ciento de capacidad”, así lo aseveró González, durante su visita a Carabobo.
El mercado secundario está sustentando al sector, porque ha sufrido un repunte, debido a la diáspora existente en Venezuela, pero la demanda de viviendas y galpones ha mostrado una baja, ya que los clientes naturales se han ido, aunado al tema de la pobreza crítica de la población que también influye en los precios.
Sobre el monto de los inmuebles, informó que los precios han bajado hasta 70 por ciento. “Aunque el mercado inmobiliario está sujeto a cambios. Urge una recuperación de la economía del país para que haya un crecimiento en el sector. Si se aplican medidas económicas y políticas a corto plazo, se pueden generar expectativas y esperanza y por consiguiente, inversión”.
Por su parte, el presidente de la Cámara Inmobiliaria de Carabobo, Pino Grisaffi, señaló que toda la situación presentada ha provocado que en Venezuela se tengan los precios del metro cuadrado de una vivienda, de los más bajos del mundo. “Si tomamos una ciudad capital como Caracas y una como Bogotá, Lima o Quito, en Caracas está entre 500 y 800 dólares, y en esas otras grandes capitales es de dos mil o tres mil dólares por metro cuadrado”.
Resaltó que durante los dos primeros meses de este año, se evidenció un repunte en los precios de los inmuebles, como consecuencia de la esperanza de cambio que significó el efecto Guaidó.